Profesores y alumnos han de pensar qué es lo que pasaría de estar todo el día sentado, para dar y darse respuestas. El deporte se instauró en la escuela en la treintena del siglo XX y tenía un por qué. Hacer gimnasia tenía grandes beneficios, físicos y psicológicos.
Estar demasiado tiempo sentado supone que el cerebro no oxigena lo suficiente, disminuye el ritmo de las funciones cerebrales, es la sensación que identificamos como “embotamiento”.
Estar mucho tiempo sentado tensa y cansa el cuello, pudiendo derivar en lesiones. También duelen los hombros y se debilita la columna. Se eleva el colesterol y la presión arterial.
Se produce más insulina de la necesaria.
Degeneran los músculos, se aplana el trasero, se ablandan los huesos y estar mucho tiempo en posición sedente, también favorece la mala circulación.