En cualquier actividad laboral, ya sea docente, o de cualquier otro tipo o actividad, para conseguir un grado de seguridad aceptable, tiene especial importancia el asegurar y mantener el orden y la limpieza.; lo que adquiere especial importancia, cuando el desorden afecta a productos combustibles o inflamables, como puede ser el caso del laboratorio o el lugar donde se almacenen los productos de limpieza del centro. Aparece algo a tener en cuenta y es el de riesgo de incendio que ponga en peligro bienes y vidas de alumnos, profesores y cualquier otro personal vinculados a los centros docentes, si es que existen materiales dificultando u obstruyendo las vías de evacuación.
El R.D. 486/1997 establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, en su Anexo II regula la obligatoriedad de mantener los locales de trabajo, limpios y ordenados. Y no hay que olvidad que un centro docente, sea del grado que sea (escuela, instituto, universidad…) es un lugar de trabajo.
Las normas que se implanten para garantizar el orden y la limpieza afectará a todas las dependencias dl centro y a todos los trabajadore, pero la implantación operativa y eficaz sólo se logrará si se parte de un compromiso de la Dirección, seguido de su difusión. Todos deben conocer los objetivos marcados en tema de seguridad por la Dirección y la necesidad y obligación de participa; así como los medios con que participar.
Hay que elaborar un plan de acción que defina los objetivos a conseguir y las acciones para llevarlos a cabo; y establecer los mecanismos de vigilancia y control necesarios para garantizar su cumplimiento. Es imprescindible facilitar la comunicación y la participación de todos para para poder funcionar como equipo y resolver las situaciones que se presenten. Es fundamental tener voluntad de mejorar y crear nuevos hábitos de trabajo en profesores y alumnado, implantar rigor en lo establecido y responsabilizar individualmente sobre el tema.